Cuando hacemos la pregunta: ¿Que es la sostenibilidad? a cualquier arquitecto considerado experto en sostenibilidad la respuesta en la mayoría de los casos es esquiva: “la sostenibilidad es algo complejo…”, “existen muchos tipos de sostenibilidad…”, “yo no soy experto en sostenibilidad pero los expertos dicen que…”. Sin embargo, si cambiamos la pregunta por: ¿Hace usted arquitectura sostenible? Todos responderán afirmativamente sin pensárselo un segundo. ¿Qué clase de arquitectos seriamos si no hiciéramos arquitectura sostenible?
A modo de introducción a este artículo podeis observar los conceptos sobre sostenibilidad de arquitectos como Alejandro Zaera y Vicente Guallart de primera mano en ecosistema urbano.tv
Imagen vía landscape+urbanism
Cualquiera de las respuestas la pregunta: “¿que es la sostenibilidad?”, queda incompleta en la complejidad del mundo en que vivimos hoy en día, por otro lado, todo el mundo se quiere apuntar al tren de la sostenibilidad.
Si algo es cierto es que la sostenibilidad es de gran valor publicitario, un añadido a un producto de mercado que sirve para apaciguar a nuestras conciencias ecológicas como consumidores. Para que algo sea “sostenible” solo hace falta pintarlo de verde y asociarle al menos una característica o “slogan” sostenible como por ejemplo: “funciona con energía solar”, “consume menos energía” o “es biodegradable”, también sirven otras cualidades mas difusas como: “no es dañino el medio ambiente”, “es ecológico” o, simplemente, “es un producto verde”.
Un ejemplo es la última oleada de automóviles “ecológicos”. La industria automovilística se ha subido al tren de la imagen ecológica mediante una serie de automóviles de bajo consumo de carburante.
En realidad es mucho más “sostenible”, en términos energéticos, arreglar el coche viejo que comprar uno “ecológico” ya que, la energía que se consume en la producción de este último es mucho mayor que la diferencia que podría haber entre los consumos de ambos a lo largo de su vida útil, sin embargo, todos queremos tener un coche ecológico porque “contamina menos”. Y esto teniendo en cuenta que he elegido como ejemplo la industria automovilística que es una de las industrias que más esfuerzo pone en el proceso de reciclaje de sus productos, a años luz de la industria de la construcción.
Como dice Juan Freire en su artículo “Arquitectura sostenible: sólo para tus ojos”: “La sostenibilidad se ha convertido en la guinda imprescindible para cualquier pastel arquitectónico. No queda ya arquitecto estrella ni proyecto de rascacielos, museo, aeropuerto o centro comercial que no incorpore la etiqueta sostenible y una serie de elementos que asuman la estética verde o mejoren su eficiencia energética.” No importa cuanta energía o materiales consume la construcción de un rascacielos si tiene unos aerogeneradores bien grandes y “sostenibles” para que todo el mundo pueda decir: Mira! Un edificio ecológico! Los arquitectos en general hemos aprendido la sostenibilidad así, y así la estamos aplicando.
Una fachada vegetal como la del Caixaforum da una clara e inequívoca imagen ecológica del edificio, es verdad que estas fachadas absorven CO2 y actúan en cierta medida como aislantes térmicos, sin embargo, el sistema de Patrick Blanck tiene un consumo de agua muy alto e inaceptable, si hablamos en términos de sostenibilidad, para una ciudad como Madrid. En cualquier caso, la imagen verde y la repercusión mediática lo valen.
Via wikipedia
La vegetación en la arquitectura se ha convertido en una moda, la aparición del verde en los edificios se multiplica, tal y como hace referencia Jason King en got maintenance sin preocupaciones de cual es el coste ecológico de su mantenimiento. El jardín vertical de la torre Mutua de Madrid durante la noche se convierte en un faro verde para la ciudad, todos los medios hablan del CO2 que absorve ese jardín, sin embargo nadie sabe el CO2 que produce su iluminación nocturna y su mantenimiento.
Pogamos como ejemplo una vivienda unifamiliar con jardín a 25km de Alicante, esta vivienda es, por definición, insostenible debido al gasto energético que realizan sus habitantes para ir y venir desde Alicante a la vivienda, al coste que ha supuesto llevar las infraestructuras de agua y luz a esta distancia y las pérdidas de eficiencia que esto supone. Seguramente será una segunda residencia por lo que el gasto energético de la vivienda no se rentabiliza en ocupación el 100% del tiempo.
Imagen vía otromundoesposible
Sin embargo, los arquitectos ofrecemos la posibilidad de hacer de esta vivienda una vivienda aparentemente sostenible utilizando cualquiera de los reursos que nos ofrece el abanico de socluciones de la sostenibilidad: La podemos convertir en una vivienda bioclimática que utiliza la orientación, la inercia térmica y la ventilación natural para lograr una temperatura confortable; la podemos convertir en una vivienda ecológica: plantando especies autóctonas en el jardín, colocando una cubierta vegetal, o un estanque que sirve de refugio para la fauna acuática; podemos utilizar criterios de bioconstrucción: recurriendo a un sistema constructivo tradicional de piedra, no importa que la piedra haya tenido que recorrer 80km o los que hubiera hecho falta, no importa el coste (ecológico) ¿Quién podría decir que esta casa no es sostenible?, sin embargo no lo és.
Los estándares y normativas de sostenibilidad constructiva: el LEED estadounidense, el estándar europeo o el código técnico de la edificación utilizan criterios de sostenibilidad parciales, sin tener en cuenta el entorno del sistema constructivo, es decir, no importa cuanto combustible haga falta para llegar a una vivienda o que huella han producido las infraestructuras para ponerla en funcionamiento, si la vivienda tiene calefacción por energía solar y una cubierta ecológica, es sostenible.
La estética de la “sostebilidad”, en principio, no le hace ningún favor a la sostenibilidad. Para la sociedad “sostenibilizada” resulta realmente difícil o incluso imposible diferenciar lo verdaderamente sostenible de lo estéticamente sostenible y llegados a este punto, no hay salida, casi nunca tenemos información o la información es demasiado compleja para que dediquemos tiempo a procesarla.
Por el contrario, si existen situaciones “sostenibles” verdaderamente llenas de contenido. Un ejemplo, parafraseando a Alejandro Zaera, es la iniciativa propuesta por el anterior primer ministro japonés que se ha adoptado recientemente en España: por la cual todos los departamentos del gobierno y todos los ministros se quitarían la corbata y llevarían manga corta en verano, lo que permitiría subir los termostatos de 18 ºC a 28 ºC, con el consiguiente ahorro de energía. Estas iniciativas suelen tener muy poco que ver con la estética, la forma o los materiales de los objetos, por ello, son más difíciles de vender y no interesan a la industria que se ven imposibilitada para aplicarlas a sus productos. Normalmente, el producto más sostenible es que no se fabrica, sin embargo, casi todos preferimos contratar calefacción “ecológica” a ponernos un jersey.
¿Que pasaría en España, donde la principal industria es la construcción, si decidieramos que las viviendas sostenibles son las que no se construyen e hiciéramos políticas que permitieran usar los pisos que actualmente permanecen vacíos? Sin duda la economía se hundiría, se perdería millones de puestos de trabajo, si lo piensas bien, la sostenibilidad interesa sólo hasta cierto punto.
Por todo esto el término sostenibilidad es ambiguo y difícil de asimilar: ¿Qué es más ecológico? ¿El hormigón o el aluminio? ¿El vidrio o la madera? ¿Una torre de viviendas o 20 chalets? ¿Una central nuclear o su equivalente energético de 6600 molinos eólicos? A pesar del esfuerzo de arquitectos como Andrés Jaque, con su “ecologizar no es verdear“, por crear marcos de referencia donde podamos medir la sostenibilidad, probablemente muchos de nosotros nunca lleguemos a tener claros estos conceptos. Debido a ello intento mantener una distancia prudencial respecto al término sostenibilidad.
En referencia a Urbanarbolismo, a veces nos acusan de hacer proyectos sostenibles, a lo que respondo: “¿Sostenibilidad?, ¿De que me estás hablando?, sólo he plantado unos árboles para hacer sombra a la casa en verano”.
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Ecologizar no es verdear
Gracias, me alegro que te haya gustado
Estoy muy satisfecho de encontrar este blog. Quería daros las gracias por redactar esta genialidad. Sin duda he gozado cada pedacito de ella. Os te tengo marcados para ver más cosas nuevas de esta web .
Muy buen post.
Yo pienso que como arquitectos que somos o vamos a ser,no debemos dejar a un lado el medio ambiente, sino al contrario trabajar con ella, porque todo está relacionado en mayor o menor medida con el compromiso existente entre Arquitectura y Medio Ambiente.
Debemos ser, en mi caso, la nueva generacion de diseñadores y arquitectos con nuevas estrategias enfocadas a la creación de edificios sostenibles, que ya no se aparte el arquitecto de la naturaleza, sino que al contrario, que vayan de la mano para un porvenir mejor.
Una muy buena frase de Walter Gropius: “Arquitectos, pintores y escultores deben volver a conocer y concebir la naturaleza compuesta de la edificacion en su totalidad y en sus partes”.
¡Gracias!
Somos un equipo de arquitectos interesados en la arquitectura sustentable y eco construcción y nos ha gustado mucho vuestro blog. Esperamos poder compartir con vosotros diferentes experiencias relacionadas con este tipo de arquitectura.
Buenísimo artículo, aunque ya tenga unos años creo que la filosofía que hay detrás no ha cambiado nada.
Necesitamos más conciencia de lo sostenible, en todos los ámbitos y no solo en la arquitectura
Soy estudiante de diseño de indumentaria, tu articulo me ayudo mmuchisimo, tengo que reallizar ropa para la facultad utilizando residuos de packaging y hacer de esto un proyecto viable y sustentable cuando lo que enrealidad voy a hacer es realizar ropa para que se vea bien green nadie use y luego tirarla a la basura, QUE ECOLOGICO NO?
Real como la vida misma…
Hace poco estuve en un mitin de un partido político de un ayuntamiento y uno de los éxitos del dirigente era la construcción de un edificio público “según el, sostenible”, porque iba a sostenerse con lo que se sacara de la cafetería.
Política y publicidad.
Interesantísimo. Da mucho que pensar. Si nos hace plantearnos cosas a los profesionales, ¿que podemos contarles a nuestros clientes? Yo tambien opino que hay que aclarar conceptos si de verdad queremos tener una forma de vida sostenible.
Pingback: Urbanarbolismo » ReConquering Benidorm. Urbanismo sostenible.
No he querido parecer estar diciendo que no aporteis soluciones. De hecho he llegado hoy a vuestra web por el link de microsiervos y me ha gustado ver vuestros aportes, enfoques y proyectos.
Solo era algo genérico y me refería a como enfocar cada problema particular. Mis disculpas por expresarme mal.
De todas formas, hay mucho contenido en vuestra web e iré absorbiendo poco a poco.
Saludos.
Hola Raúl, gracias por tu aportación.
Respecto a cuales son las soluciones que aportamos, puedes leer nuestro proyecto de investigación urbanarbolismo, es nuestra aproximación al urbanismo sostenilble.
Es un excelente artículo en el sentido en que indica claramente muchas de los poblemas de la sociedad actual en referencia al concepto de la sostenibilidad y los productos verdes.
En ese sentido si. Pero es como en política. Es parte de la tarea del político señalar los fallos de la oposición, pero también proponer alternativas y opciones, que es lo realmente dificil.
Esta claro que es dificil y que una persona no puede tener las respuestas o esperar leerlas en un articulo. Se llegará poco a poco a ellas.
Mi opinión al respecto de la sostenibilidad, que es que como meta abstracta, como calificativo para un producto, no existe. Es muy dificil que exista. Algo puede ser más sostenible que otro algo. Pero no ser sostenible en si mismo. Como puede ser marrón, pero no grande. ¿Grande en referencia a qué? A eso me refiero.
Esta claro que una torre de 20 pisos puede ser más sostenible que una urbanización de 20 chalets. Por norma general. Pero puede darse el caso contrario. Hay muchas cosas a valorar y conocer los conceptos es el primer paso para valorarlos.
A lo mejor esa residencia a 25Km de Alicante, si que es más sostenible que un ático en el centro para su usuario, porque es un profesional que trabaja telemáticamente y solo va a Alicante una vez a la semana.
Las relatividades, por mal vistas que esten a nivel técnico, están ahí.
A pesar de lo de moda que esta lo verde, al vivir en una zona de urbanizaciones, veo lo mal que se sigue construyendo chalets, y sería mucho más sostenible construir de otras formas, y con otros conceptos en la cabeza, y además más barato. Ahí es donde me gustaría tener mi mercado como técnico, pero eso es otra historia.
Tanto como personas como técnicos, hay que ir mitigando el desconocimiento, los prejuicios, la mala cultura popular de la gente, y por otro lado, nuestra propia perdida de perspectiva que a veces nos hace dejar de tener en cuenta que una casa, es eso, una casa, y tenemos que ser lo suficientemente transigentes, inteligentes y antifundamentalistas como para poder llevar a cabo los proyectos, que de todas todas, y sin que apenas se den cuenta, podrán ser más sostenibles que la opción de “la otra” forma de construir.
Me gusta vuestro trabajo y desde la web haceis un trabajo de divulgación importante. Enhorabuena.
Buenísimo el artículo. Nos ha encantado. Muy bien escrito, sin irse por las ramas, y muy didáctico. Cada palabra, cada línea, dice lo que tiene que decir, totalmente de acuerdo al cien por cien. Perfectas las referencias, los ejemplos y los enlaces. Felicidades por este genial texto. Un saludo de Agnieszka y Lorenzo.
Bonito comentario de Alejandro Zaera… “Haz lo que digo, pero no lo que hago”, ¿verdad?. Precisamente el planeta aún debe estar recuperándose de su uso del acero en Japón…
Saludos
Buen artículo. Realmente nada es sostenible en sí mismo y de forma aislada. Sostenible puede ser una forma de vida, una situación o una civilización, no un coche o una casa. Que además sólo podrán ser ecológicos como término relativo (más ecológico que…) y no absoluto, y siempre dependiendo de la actitud o forma de vida que hay detrás.
Está claro que es más sostenible usar un coche de gasolina compartido y muchas bicicletas, que muchos coches eléctricos. Pero eso no nos incita a seguir consumiendo, que es de lo que se trata por lo visto…