La influencia del ser humano en el medio ambiente ha supuesto consecuencias graves para el planeta como el conocido calentamiento global, contaminación del aire… Pero parémonos a pensar en la planificación de nuestras ciudades, ¿Creéis que están preparadas para absorber cantidades extremas de agua? Lo cierto es que no, por los altos niveles de impermeabilización del suelo los cuales traen consigo inundaciones con las lluvias intensas.
Por lo tanto, la incorporación de cubiertas vegetales a la arquitectura se puede convertir en un procedimiento efectivo para recuperar las condiciones hidrológicas adecuadas.
En este artículo de Cézar Di Paula da Silva Pinheiro y Adriano Marlisom Leão de Sousa de la Universidade Federal Rural da Amazonia y Joyse Tatiane Souza do Santos de la Universidad Federal do Pará para la revista científica Interspaço, verifican que las cubiertas vegetales son calificadas como un sistema sostenible de drenaje pluvial urbano, por medio del aumento de áreas de infiltración, percolación, admisión y almacenamiento temporal de agua pluviales.
Funcionamiento del ciclo hidrológico
El ciclo hidrológico comienza por la evaporación del agua de los océanos, mares y superficie terrestre convirtiéndose en parte de la atmósfera. A continuación, el agua es devuelta a la tierra en forma de precipitación la cual es interceptada por la vegetación, también puede escurrirse por la superficie o infiltrarse en el suelo. De tal forma que el ciclo se compone de una sucesión de varios procesos naturales.
Por estos motivos se generan sistemas sostenibles de drenaje urbano, con el fin de ampliar las tasas de penetración de las aguas pluviales; reducir el volumen del flujo superficial a través del retardo o aumento de la infiltración; conservar el agua pluvial para su posterior uso en otras actividades; y ampliar la creación de áreas de ocio y que mejoren los aspectos paisajísticos de las ciudades, escriben los autores.
De esta manera, la ampliación de lugares permeables directos a partir del uso de la cubierta vegetal, facilita la disminución de los impactos urbanos sobre el ciclo del agua, a través de la detención de la escorrentía superficial y del crecimiento de las tasas de infiltración y evapotranspiración, mejorando los sistemas de drenaje que ya existen y originando un equilibrio en el ciclo hidrológico.
Los techos verdes favorecen la calidad de vida y colaboran con la reducción de enfermedades procedentes del aire, las inundaciones, el clima además ayudan a preservar el balance hidrológico del centro urbano, pudiendo retener hasta el 75% del agua pluvial y librando progresivamente el agua en la atmósfera mediante la condensación y la transpiración al tiempo que retiene contaminantes en el suelo.
Por lo tanto, la instalación de cubiertas vegetales en el plan de aguas de las ciudades es un método de control cuantitativo del flujo superficial en el plano urbano, comprimiendo el volumen de las aguas pluviales y sirviendo de elemento clave para la prevención de inundaciones.
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